Entre Olivos y Tableros: Michel y Karen, ajedrez con alma del Santo Reino

Hay personas que no solo juegan: viven el deporte con el alma. Que no se conforman con competir, sino que dejan huella. Así son Michel Alejandro Díaz y Karen Gutiérrez: dos ajedrecistas que, en lugar de alzar la voz, elevan el pensamiento; que no solo piensan, sino que sienten cada movimiento. Y es sobre el silencioso campo de batalla de las 64 casillas donde, una y otra vez, siguen dibujando obras profundas, precisas y vibrantes. Obras nacidas entre olivares, bañadas por la luz antigua de Jaén.

 

Ambos, representantes del Club Ajedrez Casino Primitivo de Jaén, han dejado huella esta temporada en la División de Honor de la Liga por Equipos. Pero su viaje no terminó ahí. Su paso reciente por el IX Open Internacional Semana Santa San Vicente del Raspeig Costa Blanca "A" ha sido una muestra de excelencia, esfuerzo y elegancia mental. En una competición con casi 500 jugadores de diversas nacionalidades, bajo un exigente formato suizo de 9 rondas a ritmo clásico (90+30), Michel y Karen han demostrado por qué el ajedrez no es solo un deporte de cerebros, sino también de resistencia, estrategia y pasión.

 

Michel, Maestro Internacional, partía del puesto 22 y ha finalizado 12º con 6,5 puntos (5 victorias y 4 tablas), alcanzando una performance de 2515 y ganando 6,5 puntos de ELO. Está cada vez más cerca de la mítica cifra de 2500, puerta dorada al título de Gran Maestro. Un ascenso que no solo premia su talento, sino su constancia. Como Nadal en Roland Garros: batalla a batalla, sin bajar los brazos, con humildad y determinación.

 

Karen, Maestra FIDE, partía desde el puesto 332 y ha logrado escalar hasta el 199º con 5 puntos, una performance de 2164 y una subida de 27,6 puntos ELO. Su mirada está puesta en el título de Maestra Internacional, y estos resultados son un paso firme hacia ese objetivo. Como una fondista en una carrera de fondo, con ritmo sostenido, mentalidad de hierro y una mirada fija en la meta, Karen avanza con determinación y gracia.

 

El club Casino Primitivo se sienten orgulloso. En los meses que pasaron en nuestra tierra —febrero, marzo y abril—, Michel y Karen se impregnaron de la esencia del Santo Reino: de la calidez de su gente, de los olivares interminables, de la cocina que reconforta el alma y de esa hospitalidad que no se olvida. Quizás por eso su ajedrez brilló con una luz especial: la luz del sur, la luz de la gratitud.

 

No podemos olvidar tampoco a los otros talentos cubanos que compartieron tableros con ellos. El Gran Maestro Omar Almeida, que terminó 15º, es mucho más que un jugador formidable: es un amigo del club, un hombre de empatía y sabiduría. Y junto a él, nombres como Ernesto Fernández, Dylan Berdayes, Cristian Vitier, Jorge Pérez, Alain Otero, Carlos Chávez, Yoana González, Lliam Blanco y Ayes Cancio-Bello, que han enriquecido la competición y nos recuerdan que el ajedrez es, ante todo, una comunidad sin fronteras.

 

Hoy Michel y Karen siguen su camino por otros torneos de España. Pero aquí queda su legado, su ejemplo, y nuestro eterno agradecimiento. Porque, como dijo alguna vez un viejo maestro, no se trata solo de ganar partidas, sino de dejar huella en quienes te vieron jugar.

 

Gracias por llevar en cada movimiento un pedacito de Jaén.